La Comisión Europea ha propuesto hoy la modernización de la legislación de la UE sobre pilas, presentando su primera iniciativa dentro del marco de las acciones anunciadas en el nuevo
Plan de Acción para la Economía Circular. El objetivo es promover baterías más sostenibles a lo largo de su ciclo de vida, lo que resulta clave para cumplir con los objetivos del Pacto Verde Europeo y contribuye a la ambición de contaminación cero establecida en dicho pacto.
Existen numerosos tipos de pilas, que pueden clasificarse en dos grandes categorías: primarias y secundarias.
Las pilas primarias son aquellas que no pueden recargarse una vez descargadas, también conocidas como pilas secas, como las ordinarias de zinc-manganeso.
y las pilas alcalinas. Por otro lado, las pilas secundarias son recargables y recuperables después de descargarse, permitiendo su uso en múltiples ocasiones. Estas se conocen también como pilas de almacenamiento o baterías recargables, entre las que se incluyen las baterías de litio y las baterías de plomo-ácido.
Las pilas son indispensables en la vida cotidiana, encontrándose en una gran variedad de dispositivos como relojes, mandos a distancia, juguetes, bicicletas, carros de golf, vehículos especiales, automóviles, carretillas elevadoras y sistemas solares domésticos, entre otros.
Cabe destacar que las baterías de plomo-ácido son uno de los productos más reciclados, con una tasa de reciclaje del 99%. VT
INDUSTRIAL, S.L. respalda y contribuye activamente al reciclaje y reutilización de las baterías de plomo-ácido ensambladas y distribuidas a través de todos sus canales de distribución.
Las medidas propuestas por la Comisión Europea facilitan la consecución de la neutralidad climática para
2050. Unas baterías mejores y más eficientes contribuirán
contribución decisiva a la electrificación del transporte por carretera, reduciendo significativamente
sus emisiones
aumentando la adopción de vehículos eléctricos y facilitando
una mayor proporción de energías renovables en la combinación energética de la UE. Con esta propuesta,
la Comisión también pretende impulsar
la economía circular de las cadenas de valor de las baterías y
promover un uso más eficiente de los recursos con el objetivo de minimizar el impacto ambiental de las
las baterías.
Cómo reciclar una batería de tracción de plomo-ácido
Se retira la bandeja/depósito metálico, se funde el acero y se purifica para su uso industrial directo.
Los elementos de 2V
se rompen en una máquina llamada molino de martillos,
que rompe la batería en trozos. Los trozos rotos de elementos de 2V van a una cuba, donde el plomo y los
materiales pesados caen al fondo mientras que el plástico
plástico. En este punto, se recogen los trozos de polipropileno y se eliminan los líquidos,
dejando el plomo y los metales pesados. Cada uno de los materiales
comienza su propio viaje de reciclaje.
Nosotros como VT INDUSTRIAL SL, fomentamos el uso de arquetas metálicas existentes o si es posible,
elementos antiguos de 2V para
minimizar el impacto de los residuos y
el propio proceso de reciclaje.
Las piezas de polipropileno se lavan y secan mediante soplado antes de ser enviadas a un reciclador de plásticos. Allí, se funden hasta alcanzar un estado casi líquido. El plástico fundido se introduce en una extrusora, que produce pequeños gránulos de plástico de tamaño uniforme. Estos gránulos son posteriormente vendidos a los fabricantes de carcasas de baterías, iniciando así de nuevo el ciclo de producción.
Las rejillas de plomo, el óxido de plomo y otras piezas de plomo se limpian y posteriormente se funden en hornos de fusión. El plomo fundido se vierte en lingoteras, donde se forman lingotes de diferentes tamaños. Los lingotes grandes, que pesan alrededor de 2.000 libras, se denominan hogs, mientras que los lingotes más pequeños, de 65 libras, también reciben el nombre de hogs. Tras unos minutos, las impurezas, conocidas como escoria, flotan en la superficie del plomo aún fundido en las lingoteras. La escoria se retira cuidadosamente, y los lingotes se dejan enfriar.
Una vez enfriados, los lingotes se extraen de los moldes y se envían a los fabricantes de baterías, donde se vuelven a fundir para su uso en la producción de nuevas placas de plomo y otras piezas necesarias para la fabricación de baterías nuevas.
El ácido puede ser tratado de dos maneras. La primera opción consiste en neutralizar el ácido con un compuesto industrial similar al bicarbonato de sodio doméstico, lo que convierte el ácido en agua. Esta agua es posteriormente tratada, limpiada y analizada para garantizar que cumple con los estándares de agua limpia, tras lo cual se vierte en el sistema de alcantarillado público.
Otra forma de tratar el ácido es transformarlo en sulfato sódico, un polvo blanco e inodoro que se utiliza en la fabricación de detergentes, vidrio y textiles. De este modo, un material que sería desechado se convierte en un producto útil. Además, el ácido puede ser recuperado y reutilizado en la producción de nuevos productos para baterías mediante innovadores procesos de reciclaje.